miércoles, 4 de abril de 2012

El método.

Las personas son un conjunto de acción-reacción. Nunca tuve mejor ejemplo que el actual. La modulación y la influencia del comportamiento no es más que el resultado de la ecuación personalidad propia / personalidades cercanas. Todos los senderos que tomamos están marcados por quienes tenemos alrededor, no es un misterio.
¿Cómo saber cuán importante resulta alguien para una persona? Para darse cuenta hay que dar 5 pasos atrás, cerrar los ojos, respirar y volver a mirar. 
Para poder hacerlo no hay mejor manera que alguien te decepcione. El punto y seguido en la reflexión sobre las relaciones. Acción-reacción.
La grandeza de las relaciones reside en la confianza que tenemos en pensar en un igual, en alguien que se asemeja. Quizá es una gran equivocación, pero es una unidad de medida sobre dicha influencia inicial.
Después de todo el método: la decepción, la medición, los daños colaterales, ¿cómo volver a dejar a la otra persona tener la misma capacidad de influenciarnos de antes o, incluso, la misma capacidad que otra personalidad cualquiera de nuestro alrededor?
Y he ahí cuando este método de ecuaciones y mediciones se desmorona. No hay ninguna operación exacta ni cuantificable para determinar el resultado de una decepción. No hay método para el daño al corazón.


Inmemoriable

Septiembruno,el último al que dije "hola", pero qué le voy a hacer. Este Erasmus me consume el tiempo y se me olvidan ciertos momentos. Los propios. Escribir, dibujar, dejé una pequeña parte de mi tirada en la cuneta de las nubes y los parques interminables.
Demasiados meses que condensar. Se intentará. No prometo nada, prometer es de necios.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Vente, Primaveras.

A mis veinte no deberían pesar los días, ni los años, ni el roce del sol de medio día. Y es que me salen pecas, se me arruga la nariz y frunzo el ceño para ver que sí.
Dicen que este período es de incertidumbre, que el tiempo se vuelve loco, que no sabe si reír o llorar y que es la perdición del hombre. ¿Qué más da? ¿qué mas da si te quedas o si te vas? ¿qué más dan los días grises? ¿qué más dan esas cosas que me dices? ¿qué más da si no me importa nada más?.
Que me quedo aquí al sol con la calma del mar, con el viento enredándome el pelo, con este Abril pasado y con el Mayo que está por estrenar.

Radiación invisible.

El sol se ha equivocado esta mañana. Los rayos del sol han debido sentirse atraídos por las experiencias de intercambio, bien siendo siempre didácticas, de temática indistinta. Se me han unido los despertares malacitanos a los anglosajones y algo no me cuadra.
Pensé que mi desapego era crónico, que como siempre, una vez que me voy no vuelvo a saber de mí.
Se ve que hay cura... o remedio natural. Se me estará quitando el verde, o estaré subiendo un par de números en mi cinta métrica. Tendré que comprobarlo más tarde, pero es que me estoy volviendo de algodón de azúcar.
El sol me ha vuelto loca. Pretende hacerme creer muchas cosas, y sé que en los días próximos me abandonará para no volver. Lo único que sé es que las mañanas son el mejor momento del día.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Los orígenes de Pangea

Empezar, no sé cuando empecé. Quizá cuando descubrí que a los cuatro no dormía sin un libro. Quizá con las primeras rimas de Gloria o de Antonio, no sé muy bien. Los orígenes siempre son confusos.
Lo claro está en la inspiración, en la envidia infinita de las palabras tan perfectas.
Un intento, dos, tres... perdí la cuenta. Se quedaron en libretas bajo la llave de mi cajón. Sin volver a dejarles ver la luz. Y fin, hasta ahora, hasta un rubio de ojos azules que me insinuó la malversión de no coger un boli.
Ya no las encierro bajo llave y aún se quedan en silencio.

Septiembruna

La nostalgia acecha a mis ojos como Pedro por su casa, no entiende que quiero ser fuerte y hacerme la valiente. No entiende de sabores agridulces, ni de historias incompletas.
Esta curiosa nostalgia de dejar atrás lo más bonito que he creado con mis manos. Esta pequeña tribu nacida de cada padre y cada madre, adecuada a cada labor y tan distinta en su integridad que me sorprende esa necesidad imperiosa de mantenernos unidas. Esta que se ha convertido en mi especial religión.
Se entremezcla Septiembre con olor a suavizante y a lluvias estabilizadoras. A unas ganas locas de aferrarme a vosotras y que no me dejéis ir, a un desconsuelo tal que se ha convertido en mi Pepito Grillo.
Esta creación que dejo en "stand by" como si fuera un inciso para ir a comer, que luego vuelvo. Que luego vuelvo.

martes, 9 de agosto de 2011

Resistencia atemporal

Estoy hecha de material barato. Afirmo, sentencio y punto en boca.
Intentos de arreglo fallidos, que si unas vendas por aquí, que si unas cintas por allá. Soy como los electrodomésticos de ahora, cuando crees que has solucionado algo, falla por otro lado.
Mis pensamientos un enjambre de líos, y ya no hablemos de aquello que llaman sentir, ir, venir, volver, liar, para acabar en el mismo punto de siempre, repitiendo.
¿Alguien me entiende? No creo que alguien tenga el atrevimiento de seguirme, se perderían en la primera vuelta entre enganchones o quizá no aguantarían mi ritmo de reparación. Es costoso, trabajoso y encima, la diversidad de deterioros es numerosa.
Defectuosa, la fábrica no estaría en su mejor día en la hora de mi encargo, quizá se ocupaban de otras tareas a la vez.
Pero... igual no es todo tan malo. Soy como esos juguetes antiguos, esos que tras gotas de SuperGlue y cinta aislante, aún se puede jugar conmigo.