viernes, 30 de septiembre de 2011

Vente, Primaveras.

A mis veinte no deberían pesar los días, ni los años, ni el roce del sol de medio día. Y es que me salen pecas, se me arruga la nariz y frunzo el ceño para ver que sí.
Dicen que este período es de incertidumbre, que el tiempo se vuelve loco, que no sabe si reír o llorar y que es la perdición del hombre. ¿Qué más da? ¿qué mas da si te quedas o si te vas? ¿qué más dan los días grises? ¿qué más dan esas cosas que me dices? ¿qué más da si no me importa nada más?.
Que me quedo aquí al sol con la calma del mar, con el viento enredándome el pelo, con este Abril pasado y con el Mayo que está por estrenar.

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