viernes, 20 de mayo de 2011
Hora sexta
Mi alma se abraza a la respiración suave precedente a una dulce siesta, se amansa con el olor del café recién hecho, se estremece con la brisa que corre por la ventana. Espera a que las sábanas se acomoden a su silueta, a que le rocen la piel como en un beso. A que el calor se pegue a su inmaterialidad, a que le reconforte la suavidad de tu piel, el marrón de tus ojos; se amansa la fiera, me cierra los párpados con la lentitud y el tempo de un 2/4. El remover de la cucharilla, la extravagancia de la rutina tardina. Son las cuatro, hora sexta.
sábado, 14 de mayo de 2011
La sonrisa de Duchenne
Me desespero, te tengo en mente. Más de un mes, casi dos y ahora me acuerdo, te pienso... ¿qué hago? Decaigo, sonrío, imagino, vuelvo, recuerdo, miro, te miro... me desespero.
El silencio entre los libros ya se ha roto con risas en voz baja a las que los libros amenazan. Me quitas la silla, me dejas caer al suelo... me pides perdón sin tener por qué. Me das lo que me hacía falta...te giro la cara, me quedo con las ganas, no te dejo. Lo siento, no puedo.
El silencio entre los libros ya se ha roto con risas en voz baja a las que los libros amenazan. Me quitas la silla, me dejas caer al suelo... me pides perdón sin tener por qué. Me das lo que me hacía falta...te giro la cara, me quedo con las ganas, no te dejo. Lo siento, no puedo.
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