miércoles, 2 de febrero de 2011

Sensaciones cromáticas

Echo de menos el sonido de las olas por las mañanas y por las noches. Echo de menos que la espuma me diga: "Buenos días" y "Buenas noches". ¿Quién me iba a decir que lo encontraría de nuevo en un mar de edificios que no me dejan oír la marea?. Pues sí, en este mismo momento dejándome acompañar por un pseudosonido tan aproximado al real que hace que caiga en la más profunda tranquilidad en mitad de un lío de estrés y libros.
Va y viene, continuo, acompasado. Y me contagio. Voy y vengo yo también. Y me recuerda al dulce momento de sábanas calentitas en una mañana de frío de un 2 de febrero cuando, por cosas ajenas a mi voluntad, tuve que abandonarlas y dejar al mar solo entre ellas.
Y ahora es cuando echo de menos el olor a mar.

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